sábado, 13 de octubre de 2012

¿Quiénes eran los zulúes?

"Un pueblo extraordinario, esos zulúes. Vencen a nuestros generales; convierten a nuestros obispos; han establecido el destino de una gran dinastía europea."

Con esta bonita frase de Benjamin Disraeli, tengo el orgullo de presentaros a otro de esos pueblos que cambiaron la historia para siempre: los zulúes.
Lo que váis a leer a continuación es una pequeña descripción de como era esta indómita tribu del sur de África. No me voy a detener a explicar batallitas como la de Isandlwana. Eso lo haré otro día.

Zululandia (el país de los zulúes) está situado en la costa sureste africana, entre las montañas Drakensberg y el océano Índico. Es una zona con una gran cantidad de tierras de pasto, de ahí que el ganado sea una parte fundamental de la economía zulú.

Los zulúes descienden de los Ngoni, una cultura de la Edad del Hierro pero que no llegó hasta la zona por la que nos estamos moviendo hasta el siglo VI d. C. y que no se asentó hasta el siglo XVII. La leyenda fundacional habla de un hombre llamado Zulú, el cual fundó el primer asentamiento permanente en este siglo. Este es el ancestro común de todos los clanes zulúes. Su nombre significa "El Paraiso" y sus descendientes se hicieron llamar amaZulu, "el pueblo del paraíso".
Los zulúes vivían en aldeas (umuzi) formadas por varias chozas cuyas formas podrían recordad a la de un panal de abejas. Las chozas de distribuían en círculos concéntricos, teniendo el centro el corral donde se guardaba el ganado. Todo este complejo estaba protegido por una empalizada. Lo curioso de estas chozas es que no tenían chimenea: el humo salía como podía por la puerta o por algunas rendijas.
En la sociedad zulú, los hombres se encargan de cuidar el ganado y de hacer la guerra. La labor de las mujeres consistía en llevar acabo labores agrícolas y del hogar. Los zulúes solo comían carne en ocasiones especiales, basándose su dieta en una cuajada hecha con leche llamada amasi, maíz, calabaza y patatas dulces. Los cultivos eran plantados en parcelas cercanas a los asentamientos y eran almacenados en cestas de mimbre o en fosos excavados en la tierra y tapados con una piedra. Para las celebraciones, los zulúes bebían utshwala, una cerveza de gran amargor, y esnifaban tabaco picado.

Si había una industria en la que los zulúes sobresalían del resto de etnias de la zona era la metalurgia.
El hierro se extraía de explotaciones al aire libre, en lugares de fácil acceso. El método para fabricar herramientas o armamento es el mismo que el de cualquier herrero.
La imagen de un guerrero zulú estaría incompleta sin una de sus famosas lanzas. Estas se fabricaban uniendo la punta de metal a un asta de madera con pegamentos naturales y con fibras animales. Los zulúes tenían distintos tipos de lanzas (umkhonto): la isiphapha, usada para cazar; o la isijula, que es la lanza de combate.
También tenemos los famosos escudos zulúes, fabricados con mimbre entrelazado para darle más resistencia y una piel de ganado encima. Existían diferentes tipos, dependiendo de la ocasión: de guerra, de gala, de diario, etc.
Otra arma zulú era la iwisa, una maza hecha de madera parecida a la usada por los iroqueses.
La forma de hacer la guerra de los zulúes dejó perplejos a todos los europeos que tuvieron la suerte (o la desgracia) de enfrentarse a ellos. Para que os hagáis una idea, ver a un pueblo considerado bárbaro por muchos formar y avanzar como una legión romana era algo que no cabía en las mentes de la época victoriana. Un guerrero zulú combatía exactamente igual que un legionario romano: se paraba el ataque con el escudo; este se alzaba para dejar el costado del enemigo al descubierto, lo cual era aprovechado para acuchillarlo con la lanza.
Además, los zulúes tenían también combates rituales y duelos por honor.

En cuanto a la religión y otras creencias, los zulúes temían mucho a la brujería.
Tan supersticiosos eran que llevaban encima cualquier clase de amuleto para protegerlos (mira, otra cosa igual que los romanos). Si algún miembro de la comunidad sufría un accidente, este era llevado ante el inyanga (hombre medicina) para que usase sus conocimientos en hierbas curativas para sanar al enfermo. Si se tenía la certeza de que alguno de los habitantes de la aldea estaba poseido espíritu maligno (abathakathi), se celebraba un siniestro ceremonial para averiguarlo, en el cual el chamán (isangomas) usaba sus poderes para determinar quien era el poseido. Cuando lo descubría, el culpable era sentenciado a morir siendo empalado.
La justicia ordinaria era menos sangrienta si era un crimen menor, donde el culpable debía de pagar una multa en ganado. Sin embargo, los crímenes muy graves eran sentenciados con muerte por apaleamiento.

Esta es una breve historia sobre los zulúes.
Espero que os haya gustado.
¡Nos vemos!

2 comentarios:

  1. me ha molado el post, sobre todo por el hecho de tratar sobre un pueblo africano, creo que es una cultura poco conocida y que merece mas atención.

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    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias!
      Creo que merecen más atención de la que se les da.

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