jueves, 28 de febrero de 2013

Un mensaje de la Secretaría de Justicia de la República de Longhorn.

EL SERVICIO DE INFORMACIÓN Y PROPAGANDA
de la
SECRETARÍA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA DE LONGHORN
presenta
un mensaje patrocinado por
INDUSTRIAS ARMAMENTÍSTICAS COBBLET Y SMITHSON
“¿Qué tiene más poder que un dios? Un hombre empuñando una Cobblet y Smithson.”

“PACIFICADORES: EL BRAZO ARMADO DE LA LEY”

Longhorn, nuestro hogar.
El país más joven y floreciente del Nuevo Continente y, dicho sea de paso, de todo Verne.
Nuestra gran nación está formada por grandes gentes alimentadas por un gran espíritu emprendedor. Mire donde se mire, siempre hay un nuevo negocio, una nueva fábrica e, incluso, una nueva población.
Pero incluso en el paraíso hay gente que quiere aprovecharse de los demás para su beneficio: cuatreros, forajidos, ladrones, traidores, insurgentes y agentes extranjeros y de sociedades secretas. Llevados por la codicia y la envidia, esta clase de rufianes se dedica a hacerle la vida imposible a nuestros esforzados compatriotas que se ganan su jornal con el sudor de su frente. La ley actúa con determinación contra esta escoria en las ciudades pero, ¿qué ocurre en las nuevas poblaciones alejadas del bullicio de las grandes urbes? Allí, la justicia tarda más en llegar debido a las grandes distancias y a los innumerables peligros que se cruzan en su camino. Incluso aquellos que la sirven en estos lugares alejados de las manos de los dioses son ablandados por la comodidad o por el miedo.
Para poner fin a esta situación y que los colonos se sientan seguros, el Secretario de Justicia Marvin Allan ha fundado el Cuerpo de Pacificadores de la Oficina de Seguridad Pública.

Ya sea en tren, dirigible o a lomos de sus infatigables caballos estos hombres y mujeres han jurado dar su vida por el cumplimiento de la ley y llevar la justicia allí donde esta no puede llegar. No es una tarea nada fácil por lo que estos inquebrantables defensores de la ley han sido equipados con el mejor armamento posible gracias al acuerdo firmado por la Secretaría de Interior y Justicia con Industrias Armamentísticas Cobblet y Smithson.
Los señores Douglas Cobblet y Jeremiah Smithson han ofrecido su apoyo a la noble causa de los pacificadores y, por eso, proporcionan la totalidad del armamento que necesitan para llevar acabo su empresa: un revólver C&S, modelo “Marshall”; un rifle de palanca C&S, modelo “Hammerer” para las distancias cortas y un rifle de precisión C&S, modelo “Mortymer”, con mirilla incorporada, para acabar con los delincuentes más osados desde una gran distancia. Además, los pacificadores cuentan con la última edición del Código Penal en formato de bolsillo para ayudarles a la hora de aplicar la ley pero, por encima de todo, se les hace entrega del emblema de esta organización: la estrella de cinco puntas, símbolo de su autoridad y que lucen con orgullo a la altura de su corazón.
Cabe destacar que algunos pacificadores han aprendido a controlar el poder de la magia para casos de extrema necesidad. Aunque aparezcan en raras ocasiones, los pacificadores se tienen que enfrentar a forajidos que usan las antiguas artes arcanas para hacer el mal, además de resultar práctica a la hora de enfrentarse a criaturas sobrenaturales como los terroríficos wendigos.

Ley. Justicia. Paz.
Las tres nobles palabras que los pacificadores han jurado proteger.
Por eso, les deseamos toda la suerte del mundo en su tarea y que los dioses les protejan de cualquier mal.

Este ha sido un mensaje del Servicio de Información y Propaganda de la Secretaría de Justicia del gobierno de la República de Longhorn, patrocinado por Industrias Armamentísticas Cobblet y Smithson.

¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA TODOS!



lunes, 25 de febrero de 2013

El problema de mezclar historia con ficción.

¡Hola!
Sí, soy yo, Platov.
Después del mal trago de la semana pasada con el puñetero resfriado, vuelvo a la carga para ofreceros más curiosidades venidas del pasado.

Ayer, como todo el mundo sabrá, pusieron "Robin Hood" en la 1. Sí, la película protagonizada por Russel Crowe y a la que muchos conocen con el nombre de "Gladiator 2: Máximo viaja a la Edad Media".
Como película estaba bien, la clásica peli de aventuras y romance ambientada en la Edad Media, en plan "Ivanhoe". Sin embargo, escribo este post porque hubo algo que me llamó la atención durante todo el visionado del film: la metedura de pata de Ridley Scott a la hora de mezclar el relato ficticio de Robin Hood (lo siento, chicos, Robin Hood nunca existió) y la historia de Inglaterra de la primera mitad del siglo XIII.

Queriendo amoldar la historia a la ficción, Scott le pega varias patadas al libro de Historia, anteponiendo las creencias populares a lo que realmente pasó.
Juan Sin Tierra tenía muy mal carácter, eso ya lo sabíamos, pero también no tenía nada que envidiar a su hermano Ricardo Corazón de León en el gobierno de la nación. Bien que cometió errores, algunos muy gordos como la pérdida de Normandía, pero también es cierto que Juan era bastante trabajador.
Por cierto, curioso el Ricardo que aparece en la película. En el primer momento que lo vi dije: "Parece el primo de Robert Baratheon". Sí, Ricardo murió en pleno asedio asaeteado por un ballestero francés pero, al contrario que lo que se nos muestra en el film y según las crónicas, Ricardo no murió en el acto sino que lo hizo en cama, después de que a los médicos se les ocurriera la genial idea de extraer el virote perforando aún más la herida. La historia que viene después es de sobras conocida: perdona al ballestero que consiguió herirlo de muerte pero los hombres de Ricardo despellejan al hombre en señal de ventaja.

La figura de Leonor de Aquitania también me llamó la atención.
Sí, cuando Juan fue coronado su madre seguía viva pero creo yo que, en esa época, Leonor tendría que estar ya la pobre para el arrastre y no tan vivaz como aparece en la película.
¡Oh! Cuando apareció William Marshall mi cabeza implosionó. Es una de esas figuras históricas que me encantan. Al "mejor caballero del mundo" lo retratan bastante bien, con esa mezcla entre sabiduría y honorabilidad sin parangón. Sin embargo, hay un error en la película. En una de las escenas, William lee un mensaje en el que se avisa de un desembarco francés. Mentira: William era analfabeto, no sabía leer ni escribir.

Sobre la invasión de Inglaterra por Francia, sí, ocurrió pero no tal y como aparece en la película.
Tras el fracaso de la Carta Magna, que Juan firmó en un principio sin rechistar (en la película se ve como quema el propio documento), los barones del norte se rebelaron contra Juan. Para hacerse más fuertes, los barones invitaron a Luis, hijo de Felipe II Augusto de Francia, a unirse a su rebelión ya que el delfín podía optar al trono de Inglaterra. Así, haciendo caso al tuerto de su padre, Luis comandó una flota para desembarcar en las costas inglesas. En mitad de la travesía, Juan envió una flota para parar a la francesa, sin éxito. Luis y sus tropas acabarían llegando a Kent, donde se unirían al grueso de los rebeldes.

Y, bueno, creo que está todo lo que tenía que decir.
Como veis, mezclar historia con ficción puede dar lugar a un esperpento. No quiero decir que "Robin Hood" sea una mala película pero en cuestiones de ambientación, patina demasiado.
No todo esto son verdades como puños, así que si veis algún error o tenéis una opinión diferente, no os cortéis: ¡dadla!
¡Nos vemos!


domingo, 10 de febrero de 2013

Algunas cosas que deberías saber sobre Verne.

¡Hola, gentes del lugar!
Me encantan las tardes del domingo solo por una cosa: son el mejor momento para escribir un post.
Así que me dispongo a escribir algo que quería poner por escrito hace tiempo.
Como muchos de vosotros sabéis, Verne es el nombre del mundo de ciencia ficción steampunk en el que se desarrollan las aventuras de la zarina Ekaterina y de sus... eh... ¿amigos?
Ya conocéis algunas cosas de este mundo, como la tirria que hay entre la Horda Polar y el Imperio de Su Majestad. Sin embargo, me gustaría abrir una ventana más amplia a este mundo para que sepáis un poco más de como es.

Verne tiene millones de años, al igual que nuestro mundo.
El eje cronológico está dividido en varias eras para facilitar el trabajo de los historiadores vernianos y de un servidor a la hora de contar hechos ocurridos en el pasado. La época en la que transcurren los relatos de Ekaterina es la Era del Vapor (o Era Alexandrina, como les gusta llamarla a los imperiales) y comenzó con el I Imperio de Losange, cuando los Abeille llevaron a la práctica su lema "la razón al poder" implementando el nuevo motor de vapor a la maquinaria de guerra. Otras eras son la Era de la Piedra, la del Mármol, la del Acero y la de la Pólvora, por no mencionar las eras anteriores a la humanidad.

Como sabéis, en Verne hay diferentes naciones.
Ocho son los grandes imperios que se disputan el control de este mundo: el Imperio de Su Majestad, la Horda Polar, la Witterungkönfederation, el Imperio Östmagyar, el II Imperio de Losange, el Sultanato Creciente, la República de Longhorn y la Teurgia Oriental. No hace falta devanarse los sesos para saber cuales son sus equivalentes en nuestro mundo.
Tras estas grandes potencias existen una serie de naciones menores que intentan ganarse el apoyo de alguno de los grandes imperios o forjar el suyo propio, como Tauria, Hergénia, Skaldmark o Makembe.
Tras estas naciones están las colonias y las naciones incivilizadas, como el Reino de Nakopo, Vishnia o las islas Rokahoe.

Aunque sea un mundo de fantasía, todos los habitantes de Verne son humanos.
Nada de elfos, enanos u orcos. Sí que existen algunas criaturas fantásticas como trolls, vampiros o fantasmas pero son solo seres salvajes o raros. Lo que sí existe en gran cantidad es la magia. En Verne, la magia es algo normal. Bueno, era. El avance imparable de la tecnología está relegando a la magia a un segundo plano, llegando incluso a poner en peligro su existencia. Sin embargo, todavía hay gente que la practica. Muchos de estos magos han decidido unirse para defender esta disciplina con la Unión Mundial de Magos, algo así como la Internacional Socialista pero con hechiceros. La UMM intenta demostrar a los vernianos que la magia puede seguir siendo útil a través de charlas, reuniones y manifestaciones por las calles.
Hay dos casos llamativos en Verne repecto a la magia.
El primero es el de la Teurgia Oriental. El proceso industrializador llevado acabo por la emperatriz Ren ha traido la modernidad a este imperio pero tanto avance no está tan bien visto por sus conservadores habitantes. Para que las costumbres no se perdieran, Ren ha creado algo completamente nuevo: la tecnomagia, mezcla de ciencia con poderes arcanos.
El segundo es Sitán. Esta pobre región del Continente Oscuro está gobernada por el Archimago, un desquiciado mago que cree que la ciencia debe de ser purgada de Verne. El Imperio de Su Majestad ha tenido más de una vez que vérselas con los fanáticos seguidores de este misterioso ser.

En cuanto a la religión, el Viejo Panteón está formado por diez dioses:

El Mariscal: Dios de la Guerra
El Ejecutor: Dios de la Muerte
El Halcón: Dios del Cielo
El Erudito: Dios de la Sabiduría
La Herrera: Diosa de la Tierra
El Capitán: Dios del Mar
La Guardabosques: Diosa de la Naturaleza
La Paladín: Diosa de la Justicia
La Dama: Diosa del Amor
Ella: Diosa del Inframundo

La última de todos, Ella, no recibe ningún tipo de culto oficial debido a su carácter demoniaco. Sí que existe una sociedad secreta que se dedica a hacerle ofrendas de sangre. Según una antigua profecía encontrada en las Sagradas Escrituras, llegará un día en que Ella vuelva a la superficie, destruyendo todo a su paso. Es por eso que algunas personas intentan ganarse su favor para estar protegidos cuando llegue ese día. Por supuesto, la pertenencia a este culto esta penada con la muerte.
Existen otras religiones en Verne. Una de ellas es la fe en El Exiliado, que es la religión oficial del Sultanato Creciente y de algunas regiones orientales. Está catalogada como "herética" por los sacerdotes del Viejo Panteón. También está el Culto a los Espíritus, la fe de la Teurgia Oriental, la cual cree que todos los seres, animados o inanimados, poseen un espíritu en su interior. Esta fe es muy parecida a la que profesan los habitantes de las Cuarenta Naciones. Otras naciones civilizadas tienen pequeños cultos propios que no son tan importantes como estos.

Y por último, en Verne, a diferencia de otros universos steampunk, no hay desigualdad entre sexos. Hombres y mujeres pueden realizar las mismas actividades sin ningún problema. Ya sé que es algo bastante optimista pero creo que le da un toque diferente y bastante interesante.

Bueno, espero que os haya gustado todo este discursito.
Si queréis saber más sobre Verne, no tenéis más que preguntarme.
¡Nos vemos!


martes, 5 de febrero de 2013

Los huesos del rey.

¡Hola, camaradas!
Iba a escribir un post sobre Joachim Murat pero lo aparco para más tarde porque, como muchos sabréis, la noticia histórica y arqueológica de esta semana es que han encontrado el esqueleto de Ricardo III de Inglaterra.


Retrato de Ricardo III

Arqueólogos de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, llevaban bastante tiempo buscando el cadáver del monarca en un aparcamiento de la localidad, donde se creía que estaba enterrado. Tras varios años de trabajo, en una de las parcelas de excavación se encontró este esqueleto que tras un análisis de ADN con la técnica del Carbono 14 se cree que tenga toda la pinta de ser el de Ricardo.
El posible esqueleto de Ricardo III

Los restos de "heridas" en diversas partes del cuerpo demuestran que este hombre murió en combate, al igual que el rey.  Dos de estas heridas, una de un arma afilada que quitó un trozo de hueso y la del craneo, parecen pertenecer a las causadas por una alabarda, arma que según cuentan los cronistas fue la que dio muerte a Ricardo.
También cabe destacar la escoliosis que sufría el rey, con una columna vertebral impactantemente retorcida. Lloro con solo pensar en los dolores de espalda que debía sufrir. Sin embargo, Ricardo ha pasado a la historia por ser un gran militar, capaz de liderar a sus ejércitos en el campo de batalla a pesar de esta deformación.

Para el que no lo conozca, Ricardo III es una de las figuras clave de la llamada "Guerra de las Rosas" que enfrentó a las dos facciones de la dinastía de los Plantagenet, York y Lancaster, por el trono de Inglaterra desde 1455 hasta 1485, cuyo final supuso la llegada al trono de los Tudor.
Ricardo III formaba parte de la facción de los York y se enfrentó a los Lancaster en la batalla de Bosworth, en 1485. Durante el transcurso de la batalla, Ricardo vio la oportunidad de acabar con Enrique Tudor, líder de los Lancaster, llevando acabo una carga de caballería que ha sido tildada como el mayor acto de temeridad de la historia. Al perder el ímpetu de la carga y al estar sobre terreno pantanoso, el caballo de Ricardo quedó atrapado en el fango y fue herido de muerte. El rey fue rodeado por las tropas de los Lancaster. Antes que huir, Ricardo luchó hasta el final. Se cuenta que fue un alabardero el que le dio muerte.

Para la posteridad, Ricardo ha sido descrito no solo como un hombre valiente sino también como un tirano. Shakespeare, en su obra de teatro "Ricardo III", lo describe como un ser que sería la envidia de Maquiavelo: arrogante, malhumorado y siempre dispuesto a todo con tal de mantener su poder.
Sin embargo, algunas fuentes nos dan un retrato más agradable del monarca.

Y eso es todo.
Os prometo que Murat será el siguiente. ¡Nos vemos!

sábado, 2 de febrero de 2013

Voluntarios.

¡Hola, hola!
Lo prometido es deuda. Aquí tenéis un nuevo relato de nuestra emperatriz favorita, siguiendo el arco argumental de la invasión de Vishnia. Creo que no tiene tanta calidad como los anteriores.
Juzgadlo vosotros mismos.

Los planes de Ekaterina en el desarrollo de su nueva arma secreta iban viento en popa.
El doctor Shorobiensky seguía con el programa de cría de shurales tal y como había dispuesto la zarina. Las primeras pruebas en laboratorio fueron un éxito: los shurales testados lograron despedazar varias vacas en cuestión de segundos. Para sorpresa del propio científico, los shurales podían regenerar sus heridas más rápidamente si se alimentaban con la carne de sus presas. El único problema era el control de las criaturas. Algunas de ellas, en su frenesí destructivo, atacaron a trabajadores del hospital. Una de ellas incluso consiguió escapar y salir a los jardines de la institución, donde tuvo que ser abatida con varios disparos de morteros de mano. Las pequeñas descargas eléctricas generadas por un bastón eléctrico parecían una solución factible: los shurales se retraían si se les aplicaba este procedimiento. Sin embargo, en el fragor de la batalla sería algo más difícil controlarlas. Los científicos de la Horda Polar diseñaron una coraza para proteger a aquellos soldados cuya tarea sería controlar a las criaturas. El problema era ese: encontrar voluntarios entre las filas del ejército para que adoptaran el papel de “cuidadores”.
Es por eso que Ekaterina decidió realizar un viaje hacia la base militar del lago Priast, al este de la capital de la Horda Polar, para reclutar algunos voluntarios.

En el dirigible viajaban su excelencia, el primer ministro Baturyn, el doctor Shorobiensky y en las bodegas, encerrada en una jaula de seguridad diseñada para tal ocasión, una de las criaturas.
El viaje duró un día de duración, por lo que pronto llegaron al lugar. La base de Priast fue construida por el zar Aleksis. En ella podían vivir centenares de soldados con sus familias.
La importancia de esta residía en que era el cuartel general del ejército de la Horda Polar, liderado por el carismático mariscal Bogdan Tachenko. Veterano de cientos de batallas, miembro de la aguerrida etnia de los kozaks, Tachenko entró en el ejército el mismo año que lo hizo el padre de Ekaterina. Los dos hombres se hicieron grandes amigos, por encima de las diferencias sociales entre ellos: Tachenko provenía de una familia kozak muy humilde mientras que Alexis, bueno, Alexis era el zarevich, el heredero al trono de la Horda Polar. Escalaron puestos juntos, lucharon codo con codo. Cuando Alexis fue coronado, agradeció a Tachenko su amistad y su apoyo ofreciéndole el cargo de mariscal. Las puertas del Palacio Helado estaban abiertas para este hombre como si fuera un miembro más de la familia real. Raro es no encontrarlo en algunas fotos familiares, con su rostro marcado por las cicatrices del combate y su mostacho al más puro estilo kozak. Cuando Ekaterina nació, el zar encomendó a Tachenko no solo la educación de la niña en cuestiones militares sino también que la cuidara si algún día le pasaba algo. Como buen kozak, Tachenko dio su palabra. Cuando Alexis murió apagando la revuelta de igualitaristas de la región de Korms, cuando Ekaterina tenía quince años, Tachenko protegió el cadáver del zar para que no fuera despedazado por la multitud local. Gracias a su esfuerzo, la revuelta fue apagada y el cuerpo llegó sano y salvo a la capital. Hasta su mayoría de edad, Ekaterina encontró en aquel hombre un apoyo moral que le ayudó a prepararse para su coronación. Para la zarina, el mariscal no es solo el líder de sus ejércitos. Es algo más. Es como aquel tío afable que te visita los fines de semana para comer en casa y para pasar la tarde contando fascinantes historias sobre las batallas donde estuvo y jugando al ajedrez. De hecho, es la única persona en toda la Horda Polar a la que Ekaterina permite llevarle la contraria.
Por supuesto, Baturyn hizo saber al joven científico esta peculiar relación.
-Siempre tratará al mariscal como si fuera un familiar, así que no se sorprenda, ¿entendido?- dijo el primer ministro.
-Eh... Sí- respondió Mikhail, tan nervioso como siempre.

El dirigible se posó con suma facilidad en una de las plataformas de aterrizaje de la base.
Al salir los ocupantes del vehículo aéreo de su interior, se encontraron con un estruendoso espectáculo: cientos de soldados en perfecta formación saludaron a Ekaterina cuando esta comenzó a bajar la alfombrada escalinata, mientras que la banda de música militar de la base tocaba el himno de la Horda Polar, la “Marcha de las Nieves”.
Al final de la alfombra se encontraron con un hombre vestido con el traje de gala de mariscal.
Era bajito pero de constitución fuerte, calvo y un gran mostacho colgaba de ambos lados de su boca. Su cara era un reflejo de los estragos de la guerra: no había ni un solo recoveco donde no hubiera una cicatriz. El mariscal Bogdan Tachenko saludó a Ekaterina con el saludo militar, seguido por un efusivo abrazo. El ayuda de campo del general, Pyotr Prokofiev saludó a la zarina tan solo con el saludo militar.
-Te estábamos esperando, pequeñaja- dijo el mariscal- Cuando leí el telegrama me quedé pensando a que te referías con la frase “tengo la ruina de Alexandra”.
-Sabes que me encantan los juegos de palabras, Tachenko- dijo Ekaterina, con una afable sonrisa en los labios.
-Ya lo sé pero soy un hombre de acción, no de libros- el militar se dirigió hacia el primer ministro- ¿Qué hay, Baturyn? La pequeñaja sigue manteniéndote despierto hasta la madrugada con sus órdenes, ¿eh?
-Es mi trabajo, mariscal- dijo Baturyn con cierto desprecio hacia Tachenko. Los dos no se llevaban muy bien.
Mikhail estaba bastante nervioso, como de costumbre, y más al ver como el mariscal trataba a la zarina como si fuera su sobrina o su nieta, sabiendo que cualquiera que había intentado eso antes sin su permiso estaba pasando una larga temporada en Yokutva. El mariscal volvió su vista hacia el colosal científico.
-Bueno, ¿quién es el patas largas este, pequeñaja?- le preguntó a Ekaterina.
-Es el doctor Mikhail Shorobiensky- contestó la zarina- Él es quien ha hecho posible lo que te tengo que enseñar. ¡Vamos, doctor! ¡Salude al mariscal!
-Eh... Sí... Sí, su... su excelencia- Mikhail ofreció su temblorosa mano al militar- Mi... Mikhail Shorobiensky, doc... doctor en bi... biología, se... señor. En... encantado de co... conocerle.
Tachenko estrechó con fuerza la mano del científico: “Bogdan Tachenko, mariscal de los ejércitos de la Horda Polar. ¡Vamos, chaval! No tengas miedo. No muerdo”. Mientras que el mariscal estrechaba su mano, Mikhail pensó que todos los huesos de esta acabarían hechos puré: la fuerza de Tachenko era descomunal. Después de la muestra de afecto, el científico retiró su dolorida mano.
-Bueno, pequeñaja. ¿Cuál es la ruina de esa imperial almidonada de Alexandra?- preguntó el mariscal a Ekaterina.
-Ahora mismo la están bajando del dirigible- Ekaterina señaló a un grupo de operarios bajando una enorme caja de metal. En los lados había pegado un cartel que decía: “¡PELIGRO! ¡NO ABRIR SI NO ES BAJO ESTRICTAS MEDIDAS DE SEGURIDAD!”
-Hmmmm...- Tachenko se atusó los bigotes- No entiendo que puede ser. En fin. ¡Prokofiev!
-¿Sí, señor?- contestó el ayuda de campo.
-Que envíen la caja al hangar número 12.
-¡Sí, señor!- Prokofiev hizo el saludo militar y se dirigió hacia los operarios para darles instrucciones.
-Bien- siguió el mariscal- Vamos a ver que sorpresa me ha preparado el patas largas.
-Tranquilo,- dijo Ekaterina- no te defraudará.

-Bien, ¿se puede saber de qué van disfrazados estos tipos?- eso es lo que dijo el mariscal al ver que los operarios se habían puesto las corazas de protección- ¿Y por qué empuñan esos bastones eléctricos?
En el interior del hangar solo se encontraban Tachenko, su ayuda de campo, Ekaterina, Baturyn, Shorobiensky, los operarios y la enorme caja de metal.
-Tachenko, trae a tus mejores hombres a mi presencia- dijo Ekaterina.
-Como quieras, pequeñaja. ¡Prokofiev!
-¡Sí, señor!- el ayuda de campo salió del recinto.
Pasaron varios minutos. Mientras esperaba, Tachenko sacó su pipa del bolsillo y un sobrecito con un poco de tabaco picado. Tras verter parte del contenido del sobre en la cazoleta, sacó de su otro bolsillo una caja de cerillas. Encendió una frotándola contra la suela de su bota izquierda, la llevó a la pipa y la apagó agitándola. Dio una calada antes de hablar.
-¿Qué pretendes, pequeñaja? ¿Qué hay ahí dentro?
-Contémplalo tú mismo- Ekaterina dio una orden con la mano y los operarios comenzaron a retirar con sumo cuidado las planchas de metal que rodeaban la caja. Tras estas, se encontraba una jaula y en su interior, un shurale. Tachenko ni se inmutó al ver a la criatura.
-¿Bien?- preguntó Ekaterina- ¿Qué te parece?
El mariscal dio una profunda calada a su pipa antes de hablar: “¿Sinceramente?”
-Sí. ¿Qué te parece?
Tachenko se giró hacia Shorobiensky: “¿Lo has hecho tú, patas largas?”
-Sí... Sí, señor- contestó el científico.
Tachenko volvió a dirigirse a la zarina: “Creo que a la Guardabosques no le haría mucha gracia que le quitásemos el trabajo de crear nuevas criaturas”.
-¡Oh, Tachenko! Tú y tu miedo a la ira de los dioses- dijo Ekaterina.
-Mira, pequeñaja, un kozak solo le tiene miedo a los dioses y, créeme, esta cosa no sería de su agrado.
-Los dioses deben saber que la ciencia avanza- esto lo dijo Shorobiensky- El shurale es el arma definitiva. Un ser creado solo para matar.
Tachenko miró al joven y a la siniestra sonrisa que se había dibujado en su cara al hablar de su creación: “¿Ahora no tartamudeas, patas largas?”
Los ojos del científico se iluminaron: “¿Cómo osa hablarme así?”
-¡Eh! ¡Tranquilo! Estás hablando con el mariscal de los ejércitos de la Horda Polar. Sube un poco más ese tono y sabrás lo que es “un ser creado solo para matar”- Tachenko estaba bastante molesto con la actitud del joven. Sin embargo, Baturyn rió por lo bajo al ver como Shorobiensky hacía frente al mariscal. La confrontación no duró mucho ya que el científico volvió a su estado normal, asustado por la amenaza del kozak. Creedme, nadie en su sano juicio haría enfadar a un kozak.
-Eh... Yo... Esto... Disculpe. No... No quería ofenderle, se... señor.
-¡Bien! Así me gusta, respetando a tus mayores- dijo el mariscal.

Prokofiev volvió con un nutrido grupo de soldados, unos cincuenta.
Tanto el ayuda de campo como los hombres que lo acompañaran se quedaron de piedra al ver a la horrible criatura en el interior de la jaula.
-¡A... Atención!- gritó Prokofiev, sorprendido por la visión de aquel espécimen- ¡Firmes! ¡Ar!
Aún a pesar de la conmoción que supuso la presencia del shurale en la sala, los soldados se cuadraron rápidamente.
Tachenko dio una calada a su pipa y comenzó a hablar.
-¡Soldados! Sí, ya sé que estáis pensando: “¿Qué demonios es esa cosa de la jaula?”. Bien. Esa cosa, creada por el doctor Mikhail Shorobiensky aquí presente,- Tachenko señaló al científico con la boquilla de la pipa. El joven se puso más nervioso si cabe al ver que toda la multitud le miraba- es el nuevo arma que traerá la victoria a nuestros ejércitos. Nuestra zarina está buscando a los hombres más aguerridos de todo el imperio para poder controlar a estos “shurales” en el campo de batalla. ¡No os preocupéis!- Tachenko hizo una señal a uno de los operarios para que se acercara- Iréis vestidos con esta armadura que os proporcionara la protección necesaria en caso de que estos seres se vuelvan contra vosotros. Además, estos bastones eléctricos os ayudarán a calmar a esas bestias. Así que, soldados, ¿quién de vosotros se ofrece como voluntario?
El silencio invadió el interior del hangar. Unos pocos soldados levantaron la mano sin pensárselo dos veces, otros lo hicieron lentamente. El resto no dio ningún tipo de respuesta.
-Tan solo doce- dijo Tachenko.
Ekaterina dio un paso al frente.
-Muy bien. Aquellos que habéis levantado la mano podéis marcharos. Recibiréis una recompensa por vuestro valor- dijo la zarina. Los voluntarios, extrañados, salieron del hangar sin decir nada. Tras lo cual, Ekaterina se dirigió hacia el resto.
-¡Muy bien, escoria!- gritó- ¿Así que no queréis servir a vuestra patria, verdad? ¡Cobardes! ¡Sois un atajo de cobardes! ¿Por qué entrasteis en el ejército? ¿Por el sueldo? ¡Imbéciles! ¡No os merecéis ni un solo oso de plata! No solo tenéis la desfachatez de desobedecer a vuestro mariscal sino que también desobedecéis a vuestra zarina ¡A mí! ¡Traidores! ¡Sois unos traidores! ¡Todos! ¡Tachenko!
-¿Sí, su excelencia?
-¡Ellos serán los voluntarios para conducir a los shurales en el campo de batalla! ¡No se les ofrecerá ningún tipo de sueldo o de compensación hasta que vea que son dignos de ello!
-¡Sí, su excelencia!
-¡Marchaos! ¡Fuera de mi vista!- los “voluntarios” salieron del hangar en silencio, con el terror en sus caras.
-Lo ves, Tachenko- dijo Ekaterina- No fue tan difícil encontrar a los hombres adecuados.
-Hmmmm...- dijo Tachenko- Solo la guerra nos dirá si fue una buena idea crear semejante ser, pequeñaja.
-Tranquilo, Tachenko- dijo Ekaterina, con una sonrisa en los labios- Pronto habrá una.